En cualquier tipo de edificación, ya estemos hablando de una vivienda, una fábrica, una oficina o un local comercial, es esencial contar con un sistema de ventilación de buena calidad que garantice un aire puro, así como la regulación de la temperatura y de la humedad relativa.
Ahora bien, aunque estos sistemas son cada vez más avanzados y fiables, son susceptibles a sufrir desperfectos con el paso del tiempo. En este artículo, desde Climaire Galicia abordaremos esta temática y hablaremos de las averías más habituales en los sistemas de ventilación y sus posibles soluciones.
Filtros sucios
La función principal de los filtros en un sistema de ventilación es evitar que elementos como el polvo, la suciedad o los alérgenos circulen en el aire que respiramos. Pero si estos filtros no reciben un mantenimiento adecuado se obstruirán y limitarán el flujo de aire.
Este problema no solo merma la efectividad del sistema, sino que puede aumentar el consumo energético y acelerar la degradación de las piezas que lo componen. Por lo tanto debemos mantener los filtros de ventilación limpios y reemplazarlos cada cierto tiempo con el fin de garantizar su correcto funcionamiento y prolongar su vida útil.
Conductos obstruidos
Los conductos son tubos o canales que forman parte de un sistema de ventilación y se encargan de que el aire circule por todo el edificio y se elimine aquel que está viciado o contaminado. Con el inexorable paso del tiempo terminan por obstruirse en caso de no limpiarse, por ello debemos mantenerlos en un buen estado para evitar acumulación de suciedad que no permita un óptimo flujo de aire.
Controlador de ventilación
Los controladores de ventilación pueden programarse y ajustarse a diferentes condiciones, como cambios en la temperatura o en la humedad. Lo mejores modelos incluyen sensores de calidad de aire para detectar y eliminar partículas contaminantes. Se trata de un elemento esencial en un sistema de ventilación, por lo que si fallan el sistema entero dejará de funcionar o lo hará incorrectamente.
Fugas
Estas se suelen dar por culpa de conexiones defectuosas, deterioro de las juntas o por haber usado materiales de baja calidad. Las fugas derivan en pérdida de aire fresco, aumento en los costos de energía y una disminución en la eficacia del sistema.
Problemas con el motor
Si el motor de un sistema de ventilación se avería, la circulación del aire se detendrá o disminuirá. Además, en caso de que se sobrecaliente en exceso se multiplicarán las posibilidades de riesgo de incendio, por lo que conviene tomarse el asunto en serio. Por otro lado, las averías en los motores de estos dispositivos provocan un aumento del consumo energético, ya que el sistema de ventilación tendrá que esforzarse más de lo habitual.
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